Croquetas con harina de garbanzos y cúrcuma, una de las soluciones para aquellos que no pueden consumir huevo y para los que desean potenciar el sabor al máximo con cúrcuma en sus recetas.
¿Has probado alguna vez a hacer croquetas con harina de garbanzos y cúrcuma? Te hablaré de esta especial harina que está siendo tan consumida actualmente por los celíacos y veganos.
Tabla de contenidos
Hacer las croquetas con harina de garbanzos y cúrcuma
Para hacer las croquetas con harina de garbanzos y cúrcuma, tan solo has de:
- Haz primero el sofrito de verduras
Personalmente, te puedo recomendar con seguridad los pimientos rojos y los verdes como uno de los ingredientes que mejor quedarán, pudiendo agregar coliflor cocida, setas, calabacín, judías verdes, puerros etc. y todas las verduras a tu gusto sin olvidarte de la cebolla.
- Al sofrito agrégale la pimienta, así como la cúrcuma en polvo orgánica, si es posible, al gusto.
- Cuando tengas bien hechas las verduras, echa una tacita de harina de garbanzos por una sartén de verduras, agregando un chorrito generoso de leche de soja, de avena o de almendras.
- Mezcla todo bien, observando cómo se va creando una pasta similar a las de las croquetas realizadas con bechamel.
- El siguiente paso, será dejar enfriar un poquito, mientras vas aprovechando las zonas que ya han perdido calor para hacer las formas de las croquetas.
- Cuando las tengas, pásalas por pan rallado y fríelas en abundante aceite caliente, de oliva o de semillas.
- Deja reposar las croquetas con harina de garbanzos encima de un papel de cocina, y después sirve con una ensalada o también con un poquito de arroz salteado, o cremas de verduras. Te sorprenderá su sabor y después ¡no querrás otras!
También puedes hacer las croquetas con harina de garbanzos con sobras de los woks de verduras que hayas realizado, o también con verduras cocidas. Pero asegúrate de picarlas muy bien y de escurrirles el agua antes de prepararlas.
Beneficios de la harina de garbanzos
Además de tener muchas propiedades beneficiosas para el organismo (previene el estreñimiento, es altamente energética, es un buen remedio para consumir panes y bizcochos así como tortitas para personas con el síndrome del colon irritable.
Es alta en proteínas de origen vegetal…) tiene un secreto buenísimo a la hora de elaborar recetas con ella, ¡y es que es aglutinante como el huevo! Haciendo la misma función.
Si nunca la has probado, seguramente te encantarán, puesto que los veganos la utilizan para realizar las tortillas de patata sin huevo, mezclando la harina de garbanzos con diferentes líquidos, tales como la leche de soja, el agua y el vinagre, imitando la textura del huevo batido crudo.
Y aunque ahora, esta harina sea reconocida como algo nuevo, te interesará saber que se lleva utilizando desde hace siglos, sobre todo en la cocina de Oriente Medio y de India.
En las cocinas asiáticas, por ejemplo, elaboran desde frituras a postres de textura cremosa que se parecen mucho al turrón blando, con un aroma que recuerda al del fruto seco, especialmente la avellana.
Y es que esta harina al tostarse, libera una fragancia única, que recuerda a ellas y a otros como las nueces.
Ahora, al hacer croquetas te evitarás el doble empanado en huevo, harina y pan rallado, pudiendo pasarlas únicamente por pan rallado y friéndolas, teniendo como resultado un aperitivo o comida muy especial y sabrosísima.
Y si te gustan los garbanzos, no te pierdas esta receta de guiso de garbanzos con cúrcuma que te encantarán.
Las probaré, k pintaza
la imagen no les hace justicia 🙂